Río Piedras: Navegación de la sequía (1982)
Las torres gozan de un viejo prestigio literario. Tienen su mitología. Pero las torres no tienen un sentido único, inequívoco. Van cobrando sentidos mediante la lectura activa que hagamos de ellas. Van cambiando de sentido, a medida que cambian los códigos y los contextos, y a medida que cambian sus “lectores”. […] La Torre universitaria de Río Piedras representa hoy el distanciamiento que existe entre la minoría administrativa que domina la institución, y las mayorías que constituyen la comunidad. Lenta e insidiosamente, la Torre ha llegado a ser, en los últimos diez o doce años, símbolo de la represión. Su verticalidad expresa el autoritarismo de un Poder que ya ni siquiera finge respetar los procedimientos democráticos que el espíritu de la propia Ley Universitaria exalta. La Torre se ha ido despojando de toda posible significación generosa, y es emblema de un Poder implacable […] Hay, a pesar de todo, un húmedo caudal debajo. Esa Universidad es, a pesar de todo, una conquista que no puede entregarse a señores autoritarios que no tienen posibilidad de apreciar esa herencia ni de superarla y transformarla para el bien de todos.
(Publicado en el periódico El Reportero, 6, 13 y 20 de abril de 1982.)