Pedro Henríquez Ureña y las tradiciones intelectuales caribeñas (2010)

Hacia el final de su vida, Henríquez Ureña ofreció en Las corrientes literarias en la América hispánica una versión de la historia en la que subrayaba la convivencia con el “indio”, y la creación de “una sociedad nueva” caracterizada por la “fusión de culturas” europeas y precolombinas. Esa fusión –otra de sus palabras clave– quedó ilustrada en la arquitectura, en la pintura y en la literatura, con ejemplos como Fray Bernardino de Sahagún y Garcilaso el Inca. América era una “sociedad nueva”, aunque “su estructura y orientaciones esenciales” eran “europeas”. […] Las culturas indígenas no solamente se integraban al mundo hispánico, sino que podían continuarlo. Sin embargo, en el origen mismo se encontraba con el límite de las culturas afroamericanas. Henríquez Ureña no les concedió el mismo espacio: eran para él, como para otros intelectuales puertorriqueños y cubanos, “otro mundo”, que ocupaba el polo negativo de la barbarie. En su pionero y documentadísimo estudio El español en Santo Domingo (1940), son notables, por ejemplo, sus esfuerzos por negar la presencia afrodominicana, y por caracterizar el lenguaje y a la nación dominicanos por su arcaísmo. A lo largo de ese estudio, el arcaísmo preside la narración como paradigma, poniendo a distancia las lenguas africanas o criollas. Es otra palabra clave en su vocabulario crítico, y se convierte en fundamento de la identidad del país, donde, según él, los esclavos estaban totalmente “hispanizados”. A la vez, muestra cuán reacio era Henríquez Ureña a aceptar la presencia afrodominicana y cómo este prejuicio infiltra sus estudios eruditos.

Díaz-Quiñones, Arcadio. “Pedro Henríquez Ureña y las tradiciones intelectuales caribeñas.” Historia de los intelectuales en América Latina II: los avatares de la “ciudad letrada” en el siglo XX, edición de Carlos Altamirano, Katz, 2010, pp. 65-81.

Imagen cortesía del fotógrafo Herminio Rodríguez.