Gilda Navarra y el Taller de Histriones: sujetos de su propia historia (1987)
Gilda Navarra y su Taller de Histriones pusieron el énfasis en la teatralización de la represión, la marginación y la exclusión. La línea interpretativa dominante que atraviesa obras tan distintas como Ocho mujeres y Abelardo y Eloisa ha sido la exploración del poder, del drama de la dominación y la rebeldía. En los mimodramas resalta la tenacidad del existir, la esperanza, y el fracaso posible, precedido siempre de una resistencia. La sensibilidad de Gilda Navarra es eminentemente trágica: en un mundo carcelario el ser humano pugna por afirmar su humanidad […] Pero al mismo tiempo personifica la cara esperanzada del discurso de la libertad, que es a veces solo un delirio agónico por ver el cielo, la salida del túnel. Cuando Gilda Navarra y el Taller de Histriones leen el texto que nos constituye, nos reconocen como sujetos y no como objetos de nuestra propia historia. Las atroces descripciones de la Divina Comedia le sirvieron para componer en Asíntota un cuadro de vida que finalmente queda amenazado con la destrucción, pero que deja a sus protagonistas en el limitado y crucial espacio de su lucha. Atibón, Ogú, Erzulí recuperaba, por otra parte, las raíces de una cultura afrocaribeña a menudo excluida (reprimida) en las descripciones más o menos oficiales de la cultura nacional.
Díaz-Quiñones, Arcadio. “Histriones: sujetos de su propia historia.” Polimnia, Taller de Histriones 1971- 1985, compilación de Gilda Navarra, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1988, pp. 15-21.
Imagen: Retrato de Gilda Navarra por Capuletti, de la colección de Alma Concepción y Díaz-Quiñones.