Carta abierta de Cintio Vitier – y respuesta de Díaz-Quiñones (1987)
Cuando ya estaba en prensa el librito que acaba de publicar la Editorial Sin Nombre, Cintio Vitier: la memoria integradora, recibí desde La Habana, la carta abierta que el poeta y crítico cubano Vitier me ha pedido que dé a conocer. Cumplo ahora con lo pedido por el escritor y amigo –cuya obra crítica y poética, tan poco estudiada aún– he admirado y respetado. Me permito añadir además unas breves observaciones. Digo breves, porque no creo que se pueda ofrecer aquí una lectura que tomara en cuenta las convenciones del viejo género “carta abierta”: los distintos niveles que se yuxtaponen y se cruzan en ese tenso y laborioso texto; sus metáforas militares; sus fórmulas descalificadoras, y la compleja trama cultural y política que lo constituye. Otro lugar sería más apropiado para comentarios más extensos sobre lo que la carta revela de las relaciones entre el letrado y la política, entre el poeta y el Estado. Ante la imposibilidad de una “réplica” extensa, remito a los lectores al ensayo –y a las conversaciones– que figuran en Cintio Vitier: la memoria integradora. Me limito ahora a algunos comentarios que juzgo indispensables sobre una carta que mezcla el cariño, el recelo y la condescendencia, y que lanza una serie de acusaciones sobre Ángel Rama que no puedo pasar por alto.
Publicado en el periódico Claridad, Suplemento en Rojo, 4 al 10 de diciembre de 1987.
Imagen: portada de la primera edición de La ciudad letrada, del artista José Rosa